«Sin confianza no puede haber paz»

Entrevista a Francisco Jiménez Irungaray, Coordinador del Programa de Seguridad y Justicia de Interpeace.

La intensidad y expansión de los fenómenos criminales en el triángulo norte de Centroamérica, directamente relacionados con prácticas arraigadas de impunidad, ha contribuido al deterioro de las ya débiles relaciones de confianza entre el Estado y la sociedad y entre los ciudadanos. La incapacidad de los Estados para hacer frente a este fenómeno ha sido uno de los factores principales que han favorecido la deslegitimación de las instituciones democráticas de seguridad, reformadas luego del fin de los conflictos armados.

En consecuencia, y reconociendo que el fenómeno de la inseguridad trasciende el ámbito nacional y que los países enfrentan desafíos comunes, el Programa de Seguridad y Justicia de Interpeace persigue, desde una perspectiva que combina lo nacional con lo regional, el fortalecimiento de las instituciones democráticas y el empoderamiento de la sociedad civil para la definición de políticas y prácticas de seguridad y justicia, así como el fomento de una colaborativa relación entre Estado y sociedad

Las principales líneas de acción del programa para alcanzar su objetivo estratégico son: la creación de una Plataforma de información sobre seguridad en la región centroamericana con el propósito de que los tomadores de decisión posean una perspectiva integral de la criminalidad; el empoderamiento de la Comisión de Jefes y Directores de Policía a nivel centroamericano; el establecimiento de alianzas estratégicas con organismos regionales e instituciones nacionales para la implementación y mantenimiento de procesos relacionados con seguridad, prevención y justicia; y la elaboración de planes de prevención de la violencia, en los niveles regional, nacional y local, como una condición imprescindible para el desarrollo.

«Esto no necesariamente va a resolver los problemas de aumento de la violencia, pero sí puede resolver la polarización que la violencia genera en la sociedad», explica en esta entrevista Francisco José Jiménez Irungaray, coordinador del Programa de Seguridad y Justicia de Interpeace.

¿Cuáles son los antecedentes del programa?

El Programa nació como una iniciativa de Interpeace, en el marco de su estrategia 2011-2015, para abordar, desde la perspectiva de la construcción de paz, uno de los temas que mayor preocupación produce en la región: la seguridad y la justicia. Sin embargo, el programa tiene antecedentes muy concretos: Polsede (Hacia una Política de Seguridad para la Democracia), entre 1999 y 2002, que utilizó la metodología IAP (Investigación-Acción Participativa)  para adaptar las funciones militares a los requerimientos de un Estado de Derecho Democrático y el desarrollo de una Política de Seguridad. Luego, entre 2002 y 2003, Interpeace inició el proceso Polsec (Hacia una Política de Seguridad Ciudadana en Guatemala), con la intención de que diferentes actores definieran una política nacional en materia de seguridad, haciendo énfasis en que uno de sus elementos fundamentales debía de ser el respeto a los Derechos Humanos. Finalmente, entre 2003 y 2009, Interpeace fue el facilitador del Foro de Organizaciones Sociales especializadas en temas de Seguridad (FOSS), cuyo propósito era fortalecer técnicamente a las organizaciones de la sociedad civil especializadas en temas de seguridad bajo el paradigma de la seguridad democrática. Estos tres procesos fueron entonces los antecedentes para el diseño y puesta en marcha del actual Programa de Seguridad y Justicia de Interpeace.

¿Cuáles son los objetivos del programa?

Esencialmente, el gran objetivo estratégico del Programa es mejorar significativamente la capacidad de los países de la región para hacer frente a la inseguridad. ¿Por medio de qué? En primer lugar, del fortalecimiento de sus instituciones y del empoderamiento de la sociedad civil y su capacidad de definir políticas y prácticas de seguridad y justicia. En segundo lugar, fomentando una relación colaborativa, basada en la confianza, entre el Estado y la sociedad. Sin confianza no puede haber paz.

Con base en esos objetivos, ¿en qué fase del proceso se encuentra actualmente el programa?

Básicamente en lo que estamos trabajando ahora es un proyecto de diálogo entre la sociedad civil y autoridades de Gobierno, aquí en Guatemala, precisamente basándonos en la lógica de que las capacidades que se van a desarrollar con sociedad civil a nivel nacional van a servir, a mediano y largo plazo, en el nivel regional. Y el otro tema en el que estamos trabajando actualmente es en la creación de una red de organizaciones de sociedad civil, específicamente a nivel del triángulo norte, para el abordaje de temas relacionados con la seguridad y la justicia.

¿Qué resultados observa usted en el largo plazo al cumplirse los objetivos del programa?

En principio, se habrán generado capacidades en la sociedad y en el Estado que ayudarán a alcanzar mejores condiciones para la paz. Esto no necesariamente va a resolver los problemas de aumento de la violencia, pero sí puede resolver la polarización que la violencia genera en la sociedad, sobre todo en ciertos espacios sociales e institucionales que se han ido perdiendo y que se pueden recuperar. Finalmente, en algunos casos, los problemas de conflictividad se resolverán a través del diálogo.

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