Visiones innovadoras para la construcción de paz: 3ª edición de los Geneva Peace Talks

En medio de titulares de prensa que, alrededor del mundo, hablan de las terribles consecuencias de la violencia, los Geneva Peace Talks, por tercer año consecutivo, reunieron en un mismo espacio a personas de contextos diversos (Siria, Sudán, Suecia, Estados Unidos) para compartir sus historias de vida y las alternativas que han encontrado para la transformación pacífica de los conflictos.

La tercera edición de los Geneva Peace Talks, un evento público organizado por la Oficina de Naciones Unidas en Ginebra (UNOG), la Plataforma de Construcción de Paz de Ginebra e Interpeace, se llevó a cabo el pasado viernes 18 de septiembre en el Palais des Nations, en Ginebra, Suiza.

Este año, ponentes provenientes de sociedades polarizadas y entornos violentos, voluntarios, activistas y constructores de paz, compartieron visiones personales e innovadoras para la prevención de los conflictos violentos ahora y en el futuro. El evento significó una oportunidad única para reflexionar en torno a los esfuerzos que alrededor del mundo se impulsan en favor de la construcción de la paz.

Para ver el evento completo siga este enlace.

"La represión exclusiva no acabará con la violencia"

Por Marta Sandoval para elPeriódico

Claude Wild, experto en temas de seguridad y en mantenimiento de paz.

Estuvo en Guatemala para el foro internacional de Interpeace. En esta entrevista comparte su visión sobre Guatemala. Actualmente es jefe de la División de Seguridad Humana en el Departamento Federal Suizo de Asuntos Exteriores, participó en dos operaciones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas en Namibia y el Sáhara Occidental.

Salimos de la guerra, pero ahora, en tiempos de paz, tenemos más violencia. ¿Cómo se explica eso?
Ustedes tuvieron que salir de la guerra mientras que al mismo tiempo tuvieron que enfrentar el ambiente violento que se vivía en la región. En Guatemala hubo 36 años de conflicto, otros países de Centroamérica no lo tuvieron y sin embargo tienen el mismo problema de violencia. Es algo que trasciende a la región, no es simplemente un problema guatemalteco de no poder reconstruirse a sí mismo y a su sociedad después de la guerra. El reto es más grande. ¿Dónde comenzar? Yo estoy seguro de una cosa: la forma de trabajar debe ser integradora. El Estado por sí solo no puede. Los políticos con planes que hacen en sus oficinas son necesarios, pero no son suficientes. Se requiere la participación de la industria y de la sociedad civil para que trabajen todos juntos, porque el problema es global e invade todas las dimensiones de la vida social.

Cuando dice todos, ¿quiénes más deben participar? 
También deberían jugar un papel las asociaciones que ya existen, como los clubes de deporte, que pueden ser un modelo para los jóvenes, o la Iglesia, que es una institución que se mantiene estable en el tiempo. Todas estas fuerzas dentro del país tienen que encontrar una forma institucionalizada para trabajar en conjunto. Por lo que he visto y he estudiado, hay esfuerzos aislados tratando de implementar políticas parciales. Quizá el hecho de haber tenido 36 años de guerra ha separado a muchos socios del tejido social, probablemente un proceso verdadero de reconciliación en paralelo a los esfuerzo para combatir la violencia, podría ser el cimiento para construir la unión de todos esos mundos guatemaltecos.   Un proceso de paz duradera necesita ver hacia atrás y enfrentar el pasado para poder avanzar en la reconciliación. Lo importante es tener confianza en los compañeros de otros grupos, en la sociedad civil, en el Estado, en la Policía, y una vez que se haya recuperado la confianza se tiene la oportunidad de enfrentar ese problema de la profunda violencia.

En Guatemala los policías privados son muchos más que los estatales. Los ciudadanos se ven forzados a pagar por su propia seguridad. ¿Puede esto debilitar a nuestro Estado? 
Los policías privados son instrumentos legítimos de protección, la gente invierte para protegerse, pero esta protección obviamente no está teniendo efecto en prevenir que surja más violencia, es un instrumento que sirve para desviar la violencia nada más y eso no es suficiente. Lo que se necesita es un instrumento que verdaderamente pueda combatir la violencia.

El Estado puede enviar sus policías en una forma represiva a buscar a los delincuentes; la policía privada no tiene esa tarea, ellos son pasivos. Solo desviar la violencia sin atacar sus causas no soluciona el problema de la criminalidad. Lo que deberían pensar los guatemaltecos es si la tienda que está pagando a la policía privada para protegerse está también invirtiendo en organizaciones que combaten las causas, las raíces del problema, si aporta a prevención, a programas de juventud o solo se defiende. Valdría la pena ponerlo a prueba, que los empresarios no gasten dinero solo en su protección si no también en prevención. Esta sería una manera inteligente de combatir las cusas, de otra forma solo están financiando el negocio de la policía privada y hay que recordar que ellos viven de la violencia. Mientras más violencia, más ricos serán los empresarios de policía privada. Es un medicamento que nos hace sentirnos bien un rato, pero no va a curar la enfermedad.

El Presidente ha hablado de despenalizar las drogas, ¿qué piensa de eso? 

En Suiza teníamos un fuerte problema con drogas. La delincuencia estaba asociada con el consumo de drogas porque tenían un alto precio y los adictos se veían forzados a cometer crímenes o incluso a prostituirse para poder pagar su dosis de droga. Nosotros llegamos a la conclusión de que la represión exclusiva no nos traería resultados. Los precios son altos, el mercado está aquí y si se le ataca por un lado simplemente cambia de espacio. Si haces una acción policiaca represiva aquí, el mercado se pasa a otro lado, eso ya lo hemos vivido, por eso se tomó la decisión de actuar de forma diferente.

Fue entonces cuando dejamos de tratar a los adictos como delincuentes y empezamos a tratarlos como personas enfermas. El Estado comenzó a entregarles las drogas de forma legal. Iban a un sitio a recibir metadona y así no tenían que delinquir, y las tasas de delincuencia efectivamente disminuyeron. Además, el mercado para esas drogas fracasó, lo vencimos. No es perfecto pero cambió la situación. Por eso yo entiendo las declaraciones de su Presidente, porque obviamente está buscando nuevas formas de combatir el crimen. Sé que hay personas que dirían que esto es una locura, como también lo dijeron en su momento de Suiza, pero con la legalización se pueden eliminar muchos problemas.

Hay que recordar que Guatemala es un punto complicado. Si quieren pasar la droga hacia los Estados Unidos, tienen que pasar por acá. Guatemala está amenazada por ser paso, y sea cual sea la política que tomen, siempre y cuando haya una gran producción de droga en Sudamérica y un mercado en Norteamérica, Guatemala será tocada.

Entonces deberíamos trabajar como región… 

Se necesitan esfuerzos coordinados en cada país y esfuerzos coordinados en la región. En un área tan pequeña como Centroamérica es evidente que si no hay un esfuerzo coordinado dentro de la región, un país aislado va a tener resultados parciales, pero si hay un plan grande solo hecho entre políticos no será suficiente. Se requiere un plan nacional, uno regional y la voluntad política de ejecutarlo a nivel nacional y regional. ¿Cómo se puede medir la voluntad política? No se trata solo de hacer declaraciones y ofertas, se trata también de tener presupuesto, ¿cuánto dinero invierte cada país en sus mejores recursos, que es la juventud, es el futuro? La juventud es Guatemala de hoy, casi el 60 por ciento, y van a ser el futuro de la región.

Si se quiere medir la voluntad política vean el presupuesto nacional. Cuánto invierten en represión, en salud, y cuánto en juventud. Y cuánto va en prevención. Hay que tener una buena mezcla entre prevención y represión a fin de alcanzar, en primer lugar, con la represión asustar a los violentos y con la prevención evitar criminales futuros. Pero a nivel de política internacional es difícil obtener recursos para el área preventiva. Si hay un terremoto, o una gran catástrofe, la gente manda dinero para salvar vidas, pero es más complicado que envíen para prevención. Es más difícil conseguir dinero para evitar que se rompa, que para reparar algo que ya se rompió.

"Despenalizar a jóvenes ayuda"

Jan Pronk, político y exfuncionario de las Naciones Unidas, participó en un reciente Foro Regional sobre Violencia y Desafíos a la Paz en el Triángulo Norte de Centroamérica, desarrollado con el auspicio de la organización Interpeace.

POR BYRON ROLANDO VÁSQUEZ PARA PRENSA LIBRE
Explica que la idea de despenalizar y rehabilitar a los jóvenes surge porque son los dirigentes del crimen organizado y el narcotráfico quienes los manipulan e instrumentalizan.

¿Cuál es su diagnóstico sobre Guatemala?
En mi país —Holanda— fui ministro, y a través de ello conocí Guatemala por medio de la Unión Europea, y de alguna manera estuve en contacto durante el conflicto armado interno y también durante el proceso de paz, un proceso que todavía no se ha completado. Ustedes, hoy día, tienen tantas víctimas como tenían antes, pero en una situación de un conflicto diferente. No se trata en este caso de un conflicto político, sino de uno causado por un desigual desarrollo económico, el enorme desempleo y mucha pobreza. Además, la nación se ve afectada por la mundialización de la delincuencia.

¿Está el país a tiempo de revertir su situación?
Ustedes han podido tratar los problemas de los años setenta y ochenta. Ahora enfrentan un nuevo problema —violencia—, cuyos efectos se pueden restringir. El problema de las drogas no es exclusivo de Guatemala, ni siquiera es un problema centroamericano. Es un problema mundial, y ese tipo de situaciones exige decisiones de políticas distintas que deben ser tomadas por toda la comunidad internacional. Interpeace no habla de la legalización de las drogas, pero sí de la despenalización de los jóvenes a quienes se acusa de esos problemas. Es necesaria la despenalización de esos jóvenes, a quienes es necesario ver como víctimas y no como los culpables de los crímenes. Los culpables son los que ganan muchísimo dinero y dejan que sean otros los que hagan el trabajo sucio que les produce toda esa ganancia. Actualmente se realiza un debate internacional sobre el tema —despenalización de las drogas—, y los presidentes centroamericanos tienen una función qué desempeñar en ese debate.

Usted habla de delincuencia como un efecto de la desigualdad. ¿Qué recomienda?
Solo le puedo dar una respuesta general, pero con la claridad de que son los mismos guatemaltecos quienes lo deben hacer. En primer lugar, reducir la pobreza, crear perspectivas dentro de la familia de que las cosas pueden mejorar, ofrecer una educación que estéíntimamente vinculada con el empleo y, por consiguiente, que no tengan la delincuencia como única alternativa. Que los adolescentes no tengan que decirle sí a las maras por carecer de oportunidades. En segundo término, no creo que uno pueda reducir la violencia con un mecanismo violento de choque por parte del Estado, porque este es provocador, y al hacer esto, muchos países han alimentado el conflicto. Mi tercera respuesta es desarrollar nexos comunitarios muy fuertes, para que las personas se sientan protegidas por esa red comunitaria. Estos son enfoques y no soluciones. Permitir la creación de pequeños negocios y darles capacitación vocacional a los jóvenes, para que sepan que cuando van a la escuela es para que después puedan desarrollar sus aptitudes, porque se les está enseñando un oficio que después les va a procurar ingresos y a dar una satisfacción personal.

Finalizadas las propuestas de Política Pública para prevenir la violencia relacionada con la juventud

Para la Oficina Regional de Interpeace en América Latina, 2011 fue un año intenso, complejo, tanto en la culminación de procesos como en la ampliación de nuevos horizontes. Por un lado, el proceso Poljuve (Políticas públicas para prevenir la violencia juvenil), la primera iniciativa del Programa Juventud para Centroamérica, que ha buscado, desde 2007, generar condiciones para que el tema de la violencia asociada con juventudes sea enfocado desde la visión incluyente y transformadora que prima en los ideales de consolidación de la paz, culminó con las propuestas de política pública en los países que conforman el triángulo norte de Centroamérica (Guatemala, El Salvador y Honduras). A partir de esta experiencia, el Programa Juventud se amplió al resto de países de Centroamérica, generando con ello propuestas de política pública, consensuadas y validadas también por amplios e incluyentes procesos de diálogo, en Panamá, Costa Rica, Nicaragua y Belice.

Honduras: Las formas de la esperanza

La cifra de 20 homicidios diarios no ha conseguido frenar los anhelos de paz de la juventud hondureña

Desde junio, organizaciones de jóvenes, convocadas por Ciprodeh en el marco de las acciones que realiza el Programa Juventud de Interpeace, venían participando en el proceso de consolidación de la Política Pública de Prevención de Violencia hacia la Niñez y la Juventud. Sin embargo, algo hacía falta: eran demasiado perceptibles las ausencias. Los propios representantes de los diferentes sectores de jóvenes asistentes plantearon la necesidad de ser aún más incluyentes y sumar al esfuerzo a jóvenes que representaran a la diversidad sexual, a las iglesias, a los campesinos. Y, necesariamente, también a las barras deportivas.

Históricamente, las barras Ultrafiel y los Revolucionarios, ambas de Tegucigalpa, han sido antagónicas  por su seguimiento a equipos deportivos de distinto color: el Olimpia y el Motagua. El antagonismo entre ambas ha devenido en violentos enfrentamientos armados e, incluso, en muertes. Sin embargo, ante la percepción que sobre ellos tiene la sociedad hondureña, los propios miembros de las barras han insistido en que, al mismo tiempo y más allá de los episodios violentos en que se han visto envueltos, son actores importantes en sus comunidades y cumplen una función social. Quizá por ello aceptaron la invitación de Ciprodeh a participar en el proceso de consolidación de la política pública.

A la reunión, poco después de que surgiera la necesidad de incluirlos, asistieron líderes de ambas barras. Eran evidentes la tensión y los altos niveles de mutua desconfianza. Quizá entonces los demás participantes no imaginaron que, conforme avanzara el proceso, ese muro de desconfianza se iría poco a poco derrumbando. El tiempo, la convivencia y el diálogo les irían demostrando, y no solo a ellos sino a todos los sectores representados, que sus diferencias eran pocas en comparación con sus coincidencias: son jóvenes y los jóvenes son las principales víctimas de la violencia, son jóvenes, como ellos, los que están muriendo. En el caso de los miembros de las barras, más allá de los colores de los equipos que apoyan, comparten los problemas derivados de provenir de los más bajos estratos de la sociedad. Reconocieron que, cuando los partidos de futbol terminan, sus miembros deben volver a un mundo en donde la falta de oportunidades, el peso de la desigualdad y la violencia cotidiana, son la regla.

21 de septiembre: un foro, una potra, un concierto

En el marco de la celebración del día internacional de la paz, se convocó a un Foro por la Paz en donde compartieron mesa los líderes de las barras con representantes de diversos sectores de la juventud. Hablaron sobre sus vidas, sobre la realidad, sobre lo que significa la violencia y, al mismo tiempo, ofrecieron propuestas para prevenirla. Ambas barras llevaban propuestas distintas y, conforme avanzaban las presentaciones, se hizo cada vez más evidente que la distancia que los separaba no era insalvable y que eran muchos, y medulares, sus puntos de coincidencia.

Poco después se organizó una potra. Un torneo de fútbol callejero, con la plaza central como cancha. La tradición de las potras, esos intensos encuentros futbolísticos callejeros e informales, se ha ido perdiendo en Honduras como se han ido perdiendo, también, los espacios públicos de encuentro: es esta apenas una de las muchas consecuencias de la inseguridad. Para revertir esa realidad, aunque fuera durante el tiempo que duró el torneo, las organizaciones de jóvenes, incluidas las barras, compitieron, hicieron goles, rieron y gritaron.

La jornada culminó hacia el final de la tarde, con un concierto de voces por la paz, en donde artistas nacionales que se habían sumado al Día Internacional de la Paz, compartieron con las personas que transitan por el parque central, que se fueron aglomerando alrededor del encuentro, la convivencia y la celebración de la paz.

Las formas de la esperanza: de la propuesta a la acción

Los jóvenes de una de las barras deportivas (la Ultra Fiel) solicitaron un espacio al Presidente de la República, Sr. Porfirio Lobo, para comentarle sobre los esfuerzos que se han venido desarrollando. En respuesta, el Presidente invitó a los jóvenes del espacio de consolidación de la política pública a presentar sus propuestas ante el Consejo de Ministros. Allí se presentó la iniciativa de Política Pública de Prevención de Violencia hacia la Niñez y la Juventud y tanto el Presidente, como su gabinete, mostraron su compromiso para que dicha política sea aprobada antes de finalizar el presente año. La presentación oficial del documento final de la política tendrá lugar el próximo 18 de diciembre.

Nicaragua y Panamá: Finalizadas propuestas de política pública

En el marco del proyecto “Desarrollo de políticas e iniciativas a nivel regional a favor de jóvenes en riesgo social y en conflicto con la ley”, coordinado por UNFPA y co-ejecutado, en el componente de políticas públicas, por Interpeace, SICA y SISCA, se finalizaron las propuestas de política pública de prevención de la violencia asociada con jóvenes en Nicaragua y Panamá. Se elaboró además una versión para jóvenes de la propuesta de Panamá.

Viviendo la cultura de paz, una responsabilidad compartida: propuesta de líneas estratégicas para la prevención de la violencia que afecta a la juventud. Nicaragua, octubre de 2012.

Nicaragua tiene una inmensa confianza en la juventud, reconocida en su diversidad, que refleja una pluralidad del ser joven: hombres y mujeres, rurales y urbanos, mestizos y mestizas, afrodescendientes y de los pueblos indígenas. Las juventudes habían sido tradicionalmente olvidadas y excluidas por gobiernos neoliberales, puesto que la problemática de la juventud no era colocada en la agenda pública, lo que hubiese permitido velar por su bienestar, realización personal y familiar, teniendo como centro primordial el presente y el futuro de la mayoría de la población, que es la de edad joven.

Es desde esta perspectiva que se ha formulado esta propuesta en estrecha coordinación con el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional (GRUN) y, de manera particular, con el Instituto Nicaragüense de la Juventud (Injuve); la Policía Nacional, a través de la Dirección de Asuntos Juveniles, y las organizaciones que integran el Sistema Nacional de Bienestar Social. En su conjunto, el documento se pone a disposición de las autoridades como un insumo que puede contribuir a fortalecer las estrategias de las políticas públicas en materia de prevención de violencia, especialmente la Política Nacional para el Desarrollo Integral de la Juventud y sus respectivos planes, programas, instrumentos y protocolos. El objetivo de la propuesta es poner a la disposición de las diferentes instituciones de la administración pública, insumos generados desde una consulta amplia para que puedan asumir la responsabilidad compartida de prevenir la violencia que afecta a adolescentes y jóvenes en Nicaragua.

Descargue el documento aquí.

Estrategia y acciones para la prevención de la violencia asociada con juventudes en Panamá: insumos para la inclusión en un Plan Nacional de Juventud. Panamá, julio de 2012.

El presente documento, un instrumento que tiene como propósito aportar a la implementación eficaz y efectiva de la Política Pública de Juventud de Panamá (PPJP), contiene ideas para promover el desarrollo integral de la juventud en riesgo social, promover la atención a jóvenes vulnerables y propiciar espacios para la rehabilitación e inserción social de adolescentes y jóvenes en conflicto con la ley penal. En ese sentido, se espera que sea de utilidad inmediata para los organismos gubernamentales y no gubernamentales, así como para las comunidades y organizaciones de jóvenes que trabajan en el terreno de la prevención, para concretizar y consensuar las acciones prioritarias para desarrollar un Plan Nacional de Juventud con un enfoque preventivo.

Descargue el documento aquí.

Caminos hacia la paz (I)

Todos tenemos el don y la capacidad de crear y transmitir paz: una conversación con las biólogas Marleny Rosales-Meda y María Susana Hermes

Son biólogas, especialistas en Conservación y Manejo de Vida Silvestre de la Organización para la Conservación de la Naturaleza y Desarrollo Comunitario (ORCONDECO). Han dedicado sus vidas en favor de la conservación de la Laguna Lachuá y sus comunidades. El 21 de septiembre participaron, junto a cerca de 2000 guatemaltecos, en la Cadena por la Paz. La siguiente es una conversación sobre cómo su trabajo contribuye a dotar de contenido a la palabra paz.

¿Desde cuándo están comprometidas con el trabajo para la protección de la Laguna Lachuá y sus comunidades?

Desde el año 2002; en ese entonces éramos estudiantes de la carrera de Biología y decidimos realizar nuestras prácticas de Ejercicio Profesional Supervisado en Lachuá durante seis meses. Nunca imaginamos encontrar tanta energía e inspiración en esta hermosa región y que la calidez y humildad de las comunidades nos cautivarían de tal manera que encenderían el amor, la voluntad y el compromiso para trabajar por su conservación y desarrollo sustentable hasta la fecha.

¿Cuál ha sido su motivación principal?

Al inicio de nuestra carrera teníamos una visión y concepción estrictamente científica y rigurosa de la labor que debe realizar un profesional de Biología. Con base en nuestra formación académica, ambas empezamos a realizar distintas investigaciones biológicas y ecológicas novedosas, con la finalidad de estudiar diversas especies amenazadas y en peligro de extinción, documentar los resultados obtenidos y brindar recomendaciones científicas a las autoridades de gobierno y otras instituciones para la conservación y manejo apropiado de estas especies y su hábitat. Las investigaciones que hemos realizado han sido pioneras en su rama, permitieron obtener resultados muy valiosos y útiles como línea base para la mayoría de procesos que continuamos desarrollando hasta la fecha y han proveído insumos científico-técnicos clave para orientar la toma de decisiones y la gestión ambiental de la Ecoregión Lachuá.

Sin embargo, vivimos mucho tiempo en el campo y esto dio la oportunidad de convivir y aprender muchísimo de la realidad local y de las personas de las comunidades, quienes se convirtieron en nuestros amigos y luego en nuestra segunda familia. Tuvimos la oportunidad de observar y vivir las necesidades locales y de analizar y tomar conciencia de los verdaderos problemas y amenazas que afectaban hacia los bienes y recursos naturales que procurábamos conservar. Entramos en dilemas y conflictos porque nos sentíamos impotentes, debido a que aunque hacíamos investigación de calidad, la influencia de las amenazas sobre la biodiversidad era mucho más rápida y avasalladora que la implementación de las recomendaciones y soluciones derivadas de nuestros estudios. Muchas veces sentimos que en vez de actuar, estábamos documentando la extinción. En este proceso, nos dimos cuenta que la verdadera conservación de la naturaleza es un proceso integral que debe ir mucho más allá de la investigación y control y vigilancia de las áreas protegidas. La conservación debe ser sostenible y para ello es indispensable la participación activa de quienes toman las decisiones sobre el uso de la tierra, que son las personas de las comunidades que viven y dependen directamente de dichos bienes y recursos para su subsistencia. Nuestra visión como científicas estrictas estaba cambiando por completo y empezamos a desarrollar investigaciones aplicada; con beneficios prácticos y tangibles para los habitantes locales y a su vez, empezamos a devolver dichos resultados a las comunidades de manera en que fuera comprensible y útil para sus vidas.

Durante este proceso de crecimiento humano y profesional, constantemente nos cuestionábamos y discutíamos sobre un tema central para la conservación: la educación. ¿Cómo puede cuidarse y apreciarse algo que no se conoce o algo con lo que no me identifico? En la Ecoregión Lachuá, se habían realizado varios esfuerzos previos de educación ambiental pero éstos habían sido esporádicos, de corto plazo sumamente monótonos, con lenguaje técnico y, generalmente, muy alejados de la realidad y necesidades de las comunidades locales. Por ello, no lograban crear el sentido de pertenencia e identificación necesario para que la educación ejerciese su enorme potencial transformador.

El tiempo de vivencia en el campo nos permitió abrir y ampliar nuestros ojos, mente y corazón hacia otra dimensión de la realidad más holística y el papel activo e integral que como profesionales teníamos la responsabilidad de desarrollar para lograr transformar positivamente la realidad socio-ambiental y contribuir a la conservación y mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades locales. Comprendimos que si realmente deseábamos contribuir a la conservación de manera activa, no podíamos hacer únicamente investigación científica, debíamos trascender y encontrar la manera de compartir y enseñar todo lo que habíamos aprendido con los años a los niños, jóvenes y adultos de la región; e inspirarlos y motivarlos para convertirse en aliados de la conservación.

Por ello, nos decidimos a dar el siguiente paso y empezamos a crear y desarrollar un proceso de educación popular integrando el conocimiento científico-técnico con el conocimiento tradicional ambiental  local; el cuál fuimos aprendiendo durante todos los años de vivir y compartir nuestros maestros de vida en las comunidades. Comprendimos que los esfuerzos de investigación aplicada y de educación/ sensibilización local que estábamos impulsando debían ser procesos contextualizados, con pertinencia cultural y ambiental, articuladores, con continuidad en el tiempo y con seguimiento a largo plazo. Nos comprometimos con ello y de esta manera es como hasta la fecha continuamos desarrollando distintos procesos tanto de investigación como de educación en comunidades de tres regiones aledañas al Parque Nacional Laguna Lachuá. Muchas personas nos dicen que ya no somos biólogas sino antropólogas pero no es así; seguimos siendo biólogas, pero ahora hacemos ciencia con conciencia, una ciencia más humana, humilde y desde el corazón, abierta a la hermosa posibilidad de enseñar y aprender de las experiencias y vivencias tradicionales con la finalidad de integrarlas para crear capacidades locales y articular corazones y voluntades para solucionar los problemas que nos afectan y transformar positivamente la realidad en que vivimos.

¿Qué significa paz para ustedes?

La paz es un estado de equilibrio y armonía interior del ser humano que es elemental para el crecimiento, la convivencia y el bienestar colectivo en sociedad. Todos la anhelamos, pero la mayoría de veces se piensa o espera que debe venir de afuera de nosotros mismos o que “nos tiene que caer del cielo”. Sin embargo, todos(as) tenemos el don y la capacidad de crear y transmitir paz, pero hay que descubrir cómo hacerlo. La paz puede nacer y crecer dentro de cada persona, pero para llegar a conocerla, vivir en ella y disfrutarla primero hay que conocerse, amarse y aceptarse a uno mismo. Estar en paz con uno mismo permite luego estar en paz con todo lo que nos rodea; y al hacerlo logramos conectarnos y estar en comunión e igualdad con nuestros semejantes, con todos los seres vivos y con el maravilloso universo del cual formamos parte; y tomar conciencia, interés y responsabilidad por el impacto de nuestras acciones y su poder para transformar de forma positiva la realidad que nos afecta.

Como guatemaltecos(as), debemos comprender que la paz es mucho más que la ausencia de violencia, conflictos e inseguridad social y que aunque todos tenemos derecho de vivir en paz, ésta no puede darse por mandato o conseguirse por la fuerza. Debemos construirla con amor y esfuerzo en el corazón de cada uno de nosotros para vivirla, disfrutarla y compartirla diariamente a través de actitudes y acciones buenas y concretas que transformen, promuevan y fortalezcan la armonía y el bienestar social a distintos niveles en nuestra Guatemala.

¿Por qué decidieron participar en la celebración del Día Internacional de la Paz?

Recibimos una cordial invitación de parte de Interpeace y Mircini Moliviatis para unirnos a las actividades conmemorativas para celebrar el Día Internacional de la Paz. Nos motivó mucho que la iniciativa fue promovida por diferentes grupos de jóvenes uniendo esfuerzos para llevar mensajes y acciones inspiradoras de unidad, cese a la violencia y cambio para la sociedad. Nos sentimos muy identificadas con la iniciativa y lo que representa porque consideramos que nuestro esfuerzo y trabajo diario es un tributo, contribución y demanda a favor del respeto, armonía y justicia socio-ambiental como pilar fundamental para una lograr vivir en paz en una sociedad próspera, que no comprometa el futuro de las presentes y futuras generaciones. Consideramos que iniciativas simbólicas que trascienden la retórica a través de acciones transformadoras son muy importantes para celebrar y motivar a más y más personas y sectores a unirse y aportar desde su realidad para la construcción de la sociedad y el país en que deseamos vivir y heredar a nuestros hijos y nietos.

Si desea conocer más sobre los programas y proyectos de ORCONDECO en Alta Verapaz visite: www.orcondeco.org y escriba a: info@orcondeco.org

Facebook: http://www.facebook.com/pages/ORCONDECO/216706495027322?ref=hl

Youtube: http://www.youtube.com/user/ORCONDECO

Honduras: Pasos firmes en favor de la prevención de la violencia relacionada con la juventud

El 18 de enero del presente año, el presidente de Honduras, Sr. Porfirio Lobo, aprobó la Política Pública en Prevención de Violencia hacia Niñez y Juventud, un esfuerzo de la alianza denominada “Espacio de Consolidación de la Política Pública en Prevención de Violencia hacia Niñez y Juventud”, convocada por Ciprodeh e Interpeace, y cuyos integrantes son en su mayoría jóvenes de muy diversa procedencia, incluyendo tanto jóvenes de ONG de amplia trayectoria como jóvenes de barras deportivas o de movimientos de reciente creación. Dicha alianza ha pasado luego a formar parte del Grupo País, un grupo de organizaciones sociales y gubernamentales conformadas con el objetivo de impulsar acciones de seguridad integral y de prevención de violencia.

Desde el Grupo País como plataforma organizativa más amplia y representativa de distintos sectores sociales y “el Espacio” (llamado así porque los integrantes consideran que de esa manera no se generan protagonismos o formalismos excluyentes), se logró un nivel de incidencia al más alto nivel del Ejecutivo, de manera que a finales de 2012 se tenía el compromiso formal del presidente de la República de aprobar la política. Esto se concretó en enero de 2013, cuando el mandatario aprobó el texto consensuado y se consolidó el 12 de febrero del mismo año, cuando el Consejo de Ministros ratificó la aprobación. Un día después, el 13 de febrero, se dio el lanzamiento de la Coalición para la Prevención de la Violencia (de la cual forma parte Interpeace) y, hacia finales del mismo mes, miembros del Espacio habían comenzado a participar ampliamente en la difusión de la Política.

Los primeros pasos de un esfuerzo ineludible
El 20 y 23 de febrero se llevaron a cabo actos de presentación de la Política en San Pedro Sula y La Ceiba, respectivamente. Las actividades fueron convocadas por el Grupo País y la Coordinadora de Instituciones Privadas pro las Niñas, Niños, Adolescentes, Jóvenes y sus Derechos (Coiproden) y consistieron en un análisis sobre la relación entre prevención de violencia y seguridad ciudadana, para luego exponer detalles acerca del contenido de la Política.
Es importante resaltar el rol que han venido jugando en todo este proceso los representantes de las principales barras deportivas rivales de Honduras (Revos y Ultrafiel), cuyo histórico antagonismo devino en el pasado en violentos enfrentamientos armados y que ahora han unido esfuerzos para trascender esa rivalidad y de manera conjunta y coordinada han participado, de manera cada vez más activa y entusiasta, en los espacios organizativos que impulsan esta política. Así fue durante las presentaciones en San Pedro Sula y en La Ceiba, en donde, con el apoyo de Interpeace, pudieron convertirse en protagonistas de los encuentros en ambas ciudades.
El proceso de difusión y socialización de la Política constituye un primer paso firme hacia la implementación y apropiación de la misma por parte de entidades gubernamentales, organizaciones sociales y los propios jóvenes.

Un encuentro entre el director general de Interpeace y representantes de las barras
El 6 de marzo, con el ánimo de acercarse a las experiencias de los jóvenes barristas y el objetivo primordial de intercambiar experiencias y buscar futuras alianzas en favor de la paz y la no violencia, el director general de Interpeace, Scott Weber, se reunió con líderes de las principales barras deportivas para conocer más de cerca el proceso que Interpeace ha venido facilitando en Honduras en conjunto con Ciprodeh.

Firma de MOU con Alianza Joven

El Director-General de Interpeace Scott M. Weber firmó un Memorándum de Entendimiento con la Asociación Alianza Joven en donde de común acuerdo se decidió trabajar por la promoción de oportunidades y la prevención de la violencia que afecta a la niñez, adolescencia y juventud, desde un enfoque integral y respetuoso de los derechos humanos, el desarrollo sostenible, y la consolidación de la paz en Guatemala.

Alianza Joven es una asociación guatemalteca, sin ánimo de lucro conformada por miembros Rotarios y empresarios guatemaltecos, enfocada en  la prevención y reducción de la violencia a través de sus 17 Centros de Alcance y tiene como visión una Guatemala amante y respetuosa de la paz, con una juventud responsable, educada, sana, emprendedora, con acceso a oportunidades de desarrollo personal que se preocupa y esfuerza por el bien común.

«Sin confianza no puede haber paz»

Entrevista a Francisco Jiménez Irungaray, Coordinador del Programa de Seguridad y Justicia de Interpeace.

La intensidad y expansión de los fenómenos criminales en el triángulo norte de Centroamérica, directamente relacionados con prácticas arraigadas de impunidad, ha contribuido al deterioro de las ya débiles relaciones de confianza entre el Estado y la sociedad y entre los ciudadanos. La incapacidad de los Estados para hacer frente a este fenómeno ha sido uno de los factores principales que han favorecido la deslegitimación de las instituciones democráticas de seguridad, reformadas luego del fin de los conflictos armados.

En consecuencia, y reconociendo que el fenómeno de la inseguridad trasciende el ámbito nacional y que los países enfrentan desafíos comunes, el Programa de Seguridad y Justicia de Interpeace persigue, desde una perspectiva que combina lo nacional con lo regional, el fortalecimiento de las instituciones democráticas y el empoderamiento de la sociedad civil para la definición de políticas y prácticas de seguridad y justicia, así como el fomento de una colaborativa relación entre Estado y sociedad

Las principales líneas de acción del programa para alcanzar su objetivo estratégico son: la creación de una Plataforma de información sobre seguridad en la región centroamericana con el propósito de que los tomadores de decisión posean una perspectiva integral de la criminalidad; el empoderamiento de la Comisión de Jefes y Directores de Policía a nivel centroamericano; el establecimiento de alianzas estratégicas con organismos regionales e instituciones nacionales para la implementación y mantenimiento de procesos relacionados con seguridad, prevención y justicia; y la elaboración de planes de prevención de la violencia, en los niveles regional, nacional y local, como una condición imprescindible para el desarrollo.

«Esto no necesariamente va a resolver los problemas de aumento de la violencia, pero sí puede resolver la polarización que la violencia genera en la sociedad», explica en esta entrevista Francisco José Jiménez Irungaray, coordinador del Programa de Seguridad y Justicia de Interpeace.

¿Cuáles son los antecedentes del programa?

El Programa nació como una iniciativa de Interpeace, en el marco de su estrategia 2011-2015, para abordar, desde la perspectiva de la construcción de paz, uno de los temas que mayor preocupación produce en la región: la seguridad y la justicia. Sin embargo, el programa tiene antecedentes muy concretos: Polsede (Hacia una Política de Seguridad para la Democracia), entre 1999 y 2002, que utilizó la metodología IAP (Investigación-Acción Participativa)  para adaptar las funciones militares a los requerimientos de un Estado de Derecho Democrático y el desarrollo de una Política de Seguridad. Luego, entre 2002 y 2003, Interpeace inició el proceso Polsec (Hacia una Política de Seguridad Ciudadana en Guatemala), con la intención de que diferentes actores definieran una política nacional en materia de seguridad, haciendo énfasis en que uno de sus elementos fundamentales debía de ser el respeto a los Derechos Humanos. Finalmente, entre 2003 y 2009, Interpeace fue el facilitador del Foro de Organizaciones Sociales especializadas en temas de Seguridad (FOSS), cuyo propósito era fortalecer técnicamente a las organizaciones de la sociedad civil especializadas en temas de seguridad bajo el paradigma de la seguridad democrática. Estos tres procesos fueron entonces los antecedentes para el diseño y puesta en marcha del actual Programa de Seguridad y Justicia de Interpeace.

¿Cuáles son los objetivos del programa?

Esencialmente, el gran objetivo estratégico del Programa es mejorar significativamente la capacidad de los países de la región para hacer frente a la inseguridad. ¿Por medio de qué? En primer lugar, del fortalecimiento de sus instituciones y del empoderamiento de la sociedad civil y su capacidad de definir políticas y prácticas de seguridad y justicia. En segundo lugar, fomentando una relación colaborativa, basada en la confianza, entre el Estado y la sociedad. Sin confianza no puede haber paz.

Con base en esos objetivos, ¿en qué fase del proceso se encuentra actualmente el programa?

Básicamente en lo que estamos trabajando ahora es un proyecto de diálogo entre la sociedad civil y autoridades de Gobierno, aquí en Guatemala, precisamente basándonos en la lógica de que las capacidades que se van a desarrollar con sociedad civil a nivel nacional van a servir, a mediano y largo plazo, en el nivel regional. Y el otro tema en el que estamos trabajando actualmente es en la creación de una red de organizaciones de sociedad civil, específicamente a nivel del triángulo norte, para el abordaje de temas relacionados con la seguridad y la justicia.

¿Qué resultados observa usted en el largo plazo al cumplirse los objetivos del programa?

En principio, se habrán generado capacidades en la sociedad y en el Estado que ayudarán a alcanzar mejores condiciones para la paz. Esto no necesariamente va a resolver los problemas de aumento de la violencia, pero sí puede resolver la polarización que la violencia genera en la sociedad, sobre todo en ciertos espacios sociales e institucionales que se han ido perdiendo y que se pueden recuperar. Finalmente, en algunos casos, los problemas de conflictividad se resolverán a través del diálogo.

Soy Centroamérica

Durante tres días, 22 jóvenes provenientes de los siete países de la región que habían participado en el taller “Hacia la conformación de un grupo de jóvenes con visión centroamericana”, facilitado por Interpeace, volvieron a reunirse en el municipio de Tecpán, Guatemala, del 9 al 12 de diciembre.

Coordinado y facilitado por el Programa Juventud para Centroamérica de Interpeace, el objetivo de este encuentro fue, en primer lugar, capacitarse en temas como políticas públicas con énfasis en las políticas de juventud existentes en la región centroamericana y en investigación-acción-participativa (IAP): una metodología de investigación y un proceso de intervención social a través del cual, al tiempo que se genera conocimiento, los participantes del proceso se convierten en sujetos activos y protagonistas de un proyecto de transformación de su realidad.

Al finalizar el taller el grupo, autodenominado Red Centroamericana de Jóvenes “Yo soy Centroamérica”, definió una agenda de investigación para iniciar un proceso IAP que culmine con una propuesta para el abordaje de las problemáticas que enfrenta la juventud en la región.

Construcción de paz social en El Salvador: Taller de reflexión estratégica

Se efectuó, el 12 y 13 de mayo, un taller de reflexión estratégica acerca de los principales aportes de la Fundación Humanitaria al proceso de construcción de paz social en El Salvador, tomando en cuenta su especificidad institucional, así como las contribuciones que pueden efectuarse en el marco del contexto actual. La actividad se llevó a cabo en ciudad de Guatemala y reunió a miembros de la Fundación Humanitaria e Interpeace. También se contó con la participación de María del Carmen Aceña, experta guatemalteca en temas de seguridad quien contribuyó a la reflexión desde una perspectiva más amplia, compartiendo diversas experiencias guatemaltecas y explicitando desafíos para la subregión centroamericana conocida como “Triángulo Norte”.

Logros

El taller, de carácter participativo, permitió definir las principales líneas de acción de la Fundación Humanitaria en el corto plazo; asimismo, generó insumos para enriquecer los lineamientos estratégicos de la organización en el mediano y largo plazo.

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