Encuentro informativo sobre la tregua entre pandillas de El Salvador

A principios de octubre, Interpeace y la Plataforma por la Construcción de la Paz de Ginebra organizaron un encuentro informativo sobre la tregua entre pandillas de El Salvador, que ha conseguido, en el último año, reducir dramáticamente los índices de homicidios en este país. El evento, moderado por Scott M. Weber, Director General de Interpeace, incluyó los comentarios y análisis de Isabel Aguilar Umaña, Coordinadora del Programa Juventud para Centroamérica de Interpeace y de Raúl Mijango, facilitador de la tregua en El Salvador.
El Director General de Interpeace, Scott Weber, inició el debate subrayando la aguda problemática que enfrenta Centroamérica en materia de violencia. La región, particularmente el triángulo norte, que incluye a Guatemala, El Salvador y Honduras, ha alcanzado tasas de homicidios que en ciertos lugares se acercan a 150 personas por cada 100 mil habitantes. En El Salvador, antes de la tregua entre pandillas, los índices eran de casi 70 homicidios por cada 100,000 habitantes, pero 18 meses después de este acontecimiento, esos índices se han visto reducidos en un 60%. En ese sentido, Scott Weber enfatizó que la clave del éxito de este proceso se encuentra en la voluntad de diferentes sectores sociales de valorarlo como un extraordinario camino hacia la paz y, eventualmente, prevé que otras comunidades estarán dispuestas a correr los mismos riesgos con el objetivo de implementar estrategias similares.

Los antecedentes de la tregua
Isabel Aguilar Umaña, Coordinadora del Programa Juventud para Centroamérica, se refirió en principio a la situación salvadoreña previa a la tregua entre pandillas. Durante los últimos veinte años, El Salvador había venido experimentando diversas formas de violencia cuyas principales víctimas y victimarios eran personas jóvenes. En ese contexto, Interpeace convocó y facilitó un amplio e incluyente proceso de diálogo en el que participaron representantes de gobierno, organizaciones de jóvenes y sociedad civil, para la elaboración de una propuesta de política pública integral para la prevención de la violencia asociada con la juventud. Según Isabel, uno de los principales aportes de Interpeace ha sido “comprender que la violencia es un problema social y, en consecuencia, debe ser abordada desde la perspectiva de la construcción de paz, mediante una estrategia de largo plazo”.
Isabel recordó que cuando a los pandilleros se les ha preguntado por qué las soluciones anteriores a la tregua no habían dado los resultados esperados, responden que muchas de dichas iniciativas no los tomaron en cuenta. Uno de los pandilleros dijo en una ocasión: “uno no pinta una casa sin pedirle permiso al dueño”.

El desarrollo de la tregua
El debate continuó con la intervención de Raúl Mijango, uno de los facilitadores de la tregua en El Salvador, quien detalló los alcances del proceso a la fecha. Más allá de forzar a los miembros de las pandillas a que abandonen sus lazos con la organización o traicionen a sus compañeros, era necesario comprender que los pandilleros juegan un rol social importante, de manera que lo único que los facilitadores les pidieron fue que renunciaran a la violencia. Los líderes de las dos principales pandillas rivales, cansados ya de la pérdida sistemática de sus miembros por casi dos décadas, aceptaron la tregua y pidieron que se mejoraran las condiciones en el interior de los centros penales. Asimismo, han solicitado la implementación de programas sociales que faciliten la reinserción de sus miembros a la sociedad. “En el pasado, quienes se acercaban a los pandilleros eran normalmente políticos en busca de votos. En este caso, nosotros no deseábamos nada por parte de los pandilleros y por eso fuimos capaces de ganar su confianza”.

Consecuencias positivas de la tregua
Para Raúl, el éxito se debe a que se pasó de ver a las pandillas como delincuentes a comprenderlas como un fenómeno social en donde ellas también son víctimas. Enfrentadas al dilema de que se continuaran las medidas anteriores para frenar la violencia o se buscaran salidas a través del diálogo, las dos principales pandillas rivales de El Salvador aceptaron sentarse en la mesa en 2012.  Durante los últimos 18 meses, la tasa diaria de homicidios en El Salvador se ha reducido de 15.5 a 5.5 diarios. Se estima que, desde que fue pactada esta tregua, ha conseguido salvarse un estimado de 4580 vidas.

El futuro: la tregua como un proceso de paz social
Aunque los índices de violencia se han visto drásticamente reducidos en El Salvador, el proceso demanda acciones estratégicas inmediatas que garanticen su sostenibilidad en el futuro. Actualmente Interpeace se encuentra trabajando con la Fundación Humanitaria, formada por miembros del sector privado salvadoreño, para el desarrollo de programas sociales en favor de ex pandilleros en busca de empleo. La mayoría de los miembros de pandillas identificados no ha vuelto a recurrir a la violencia y, sin embargo, continúan siendo objeto del rechazo de la sociedad. A pesar de ese tipo de obstáculos enfrentados, han demostrado su compromiso pidiéndole perdón a la sociedad y demostrando paciencia ante el proceso de reinserción.

Pese a que la situación política en El Salvador continúa siendo frágil y aun no se sabe hasta qué punto la tregua continuará contando con el apoyo del Gobierno, Raúl Mijango es optimista: “está claro que los pandilleros no desean que el proceso se detenga… ellos quieren que la paz pueda ser alcanzada”.

Luego de una fase de preguntas y respuestas, Raúl cerró el evento reafirmando que “nadie puede negar los resultados de la tregua. El Salvador ha pasado de ser el segundo país con la tasa de homicidios más alta del mundo, a la posición 44 en menos de 18 meses. Y han sido organizaciones como Interpeace las que, con audacia, han decidido apoyar procesos no ortodoxos como este. Eso ha hecho que esta realidad sea posible.”

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