El “cómo” es tan importante como el “qué”: la contribución de Interpeace al Foro Internacional de Construcción de Paz en Colombia

Interpeace estuvo presente en el Foro Internacional "Hacia la edificación de una Paz Estable y Duradera," que se llevó a cabo en la Universidad Central de Colombia, con el apoyo de la Policía Nacional de Colombia, los días 16, 17 y 18 de noviembre.

En el marco de este evento, se analizaron los desafíos que deberá enfrentar Colombia tras la finalización del conflicto armado. Se examinaron cuáles son las condiciones constitucionales, legales, institucionales y políticas que pueden facilitar la edificación de la paz en el país y se buscó proponer un enfoque innovador para repensar el concepto de seguridad y convivencia que se enmarque en los principios de construcción de paz.

Durante los días de trabajo, representantes de Interpeace y de su socio estratégico, Alianza para la paz, compartieron experiencias y reflexiones en torno a las lecciones aprendidas en otros contextos, como los de Sudáfrica, Irlanda del Norte y Guatemala, y la importancia de comprender los acuerdos de paz, no como un punto de llegada sino como el inicio de un proceso de construcción de paz estable y duradera.

Ana Glenda Tager, directora de la Oficina Regional para Latinoamérica de Interpeace, moderó el debate “Hacia una visión compartida de la paz: retos y desafíos”. Resaltó la importancia del foro como ocasión para definir las bases de acción de la Policía Nacional de Colombia en materia de construcción de paz, en particular a través de su unidad especializada, la UNIPEP. Habló sobre el contexto geopolítico y las causas que generaron la guerra civil colombiana. Destacó la importancia de establecer una metodología viable para la edificación de la paz en el país sudamericano. Finalmente señaló el miedo al cambio como el mayor reto que se debe de enfrentar. “Entre los retos, una de las cosas fundamentales es el miedo al cambio, el miedo a las transformaciones. Por esa razón, en el proceso de construcción de paz el cómo es tan importante como el qué”, afirmó Ana Glenda Tager.

Ana Glenda Tager, Directora Regional de Interpeace Latinoamérica

Intervención de Ana Glenda Tager desde el minuto 1.07.00: 

Por su lado Otto Argueta, Director de Proyectos de Alianza para la Paz, moderó el debate: “Determinantes constitucionales, legales, políticos e institucionales que facilitarán la edificación de la paz”. Señaló la importancia de poner el factor humano al centro de debate sobre la construcción de paz, es decir, la necesidad de entender las perspectivas de ambas partes involucradas en el conflicto. Además, destacó como la paz no es un evento cristalizado en el tiempo, sino más bien un proceso dinámico de acercamiento entre partes que están contrapuestas, y cuyo resultado más importante es el restablecimiento de los lazos de confianza. “Como Mandela una vez declaró - la paz no se hace con los amigos, se hace con los enemigos - y esto significa justamente hacer un esfuerzo de acercamiento hacia los otros”, puntualizó.

Otto Argueta

Otto Argueta, Director de Proyectos de Alianza para la Paz

En la misma sesión, Monica McWilliams, figura clave en las negociaciones de paz de Irlanda del Norte y Vicepresidente del Consejo Directivo de Interpeace, presentó su experiencia durante el proceso de paz en su país. “En Irlanda del Norte pasamos muchos meses hablando con líderes de la guerrilla, servicios de inteligencia y policía. Sin embargo, fue el día en que se firmó la paz y se logró poner de acuerdo a todos estos actores, cuando nos dimos cuenta que, a partir de ese momento, empezaba el trabajo más duro”, refirió. McWilliams añadió que la solución militar no funcionó en Irlanda del Norte, que los resultados mejores se lograron a través de diálogo, diplomacia y política.

Monica McWilliams, Vicepresidente del Consejo Directivo de Interpeace

Intervención de Monica McWilliams desde el minuto 1.13.00 y de Otto Argueta desde el minuto 2.10.00:

Graeme Simpson, Director de Interpeace USA, compartió su experiencia en materia de construcción de paz y justicia transicional en Sudáfrica. Durante la sesión “Reconfiguración del concepto de seguridad y convivencia ciudadana en un contexto posbélico”, Graeme Simpson afirmó que en el tema de construcción de paz no existen modelos prefabricados y cada sociedad tiene que encontrar las soluciones mejores para el contexto específico. Añadió que, cuando se aborda el tema de justicia transicional, y en específico de amnistía, elementos clave en el proceso de paz colombiano, se tienen que tener en cuenta no solo los derechos de los guerrilleros desmilitarizados, sino también los derechos de las víctimas de la guerrilla, para legitimar mayormente los acuerdos. “En la construcción de paz es fundamental reconstruir la confianza entre la gente y entre la gente y el estado. En Sudáfrica no abordamos los temas sociales y culturales que estaban detrás de los acuerdos. Estos temas son fundamentales para construir sociedades pacíficas y equitativas”, expresó Simpson.

Graeme Simpson

Graeme Simpson, Director de Interpeace USA

Intervención de Graeme Simpson desde el minuto 00.18.00: 

Interpeace Latinoamérica ha trabajado en Guatemala durante más de una década y como parte del intercambio de experiencias y lecciones aprendidas de países que han enfrentado los retos que implican la implementación de procesos de paz, invitó al Foro Internacional a la activista guatemalteca de derechos humanos, Helen Mack. Ella es fundadora de la Fundación Myrna Mack y es reconocida a nivel mundial por su lucha contra la impunidad en Guatemala. Durante su intervención habló sobre los desafíos de la construcción de paz en Guatemala y sobre sus experiencias personales: “He sido estigmatizada y criminalizada por exigir derechos, por ejemplo, el derecho a la justicia.” Destacó no sólo las lecciones positivas de la experiencia de Guatemala en la construcción de paz, sino también los errores que se cometieron y lo que hizo falta hacer.

Intervención de Helen Mack: 

El Foro Internacional “Hacia la edificación de una paz estable y duradera” constituyó un espacio privilegiado de reflexión y análisis de esta etapa fundamental en la historia de Colombia. El foro brindó la oportunidad de conocer puntos de vista y opiniones de expertos de construcción de paz, de justicia transicional y de cooperación internacional. Además, se pudieron abordar varios temas con respecto al proceso de paz con las FARC-EP para la terminación del conflicto; se escucharon opiniones y propuestas para identificar denominadores comunes, programas innovadores y buenas prácticas, que permitan enfrentar los retos y desafíos para la consolidación de una Colombia en paz, equitativa e incluyente.

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El Foro Internacional “Hacia la edificación de una paz estable y duradera” en Colombia.

“Foro internacional hacia la edificación de una paz estable y duradera” en Colombia

La Unidad Policial para la Edificación de la Paz (UNIPEP) de la Policía Nacional de Colombia, la Universidad Central de Colombia e Interpeace convocan al  “Foro internacional hacia la edificación de una paz estable y duradera”. El evento se llevará a cabo los días 16, 17 y 18 de noviembre de 2016 en el Auditorio Jorge Enrique Molina de Bogotá.

Durante los tres días del programa se analizarán los desafíos que se deben enfrentar para que Colombia transforme el conflicto armado en una oportunidad de paz estable, se examinarán cuáles son las condiciones constitucionales, legales, institucionales y políticas que pueden facilitar la edificación de la paz en el país y se buscará proponer un enfoque innovador para repensar el concepto de seguridad y convivencia que se enmarque en los principios de construcción de paz.

Entre los participantes, se contará con la presencia de varios miembros de Interpeace:

De izquierda: Ana Glenda Tager, Monica McWilliams, Otto Argueta, Graeme Simpson.

La entrada es libre y gratuita, aunque es prevista una inscripción previa.

Para mayores informaciones, inscribirse en el evento o conocer el programa completo, pueden visitar la página: http://bit.ly/2fhjWvw

 

Interpeace favorece la formación técnica en el Centro de Detención Preventiva, “El Boquerón”

En Guatemala, en el departamento de Santa Rosa, a poco más de una hora de Ciudad de Guatemala, se encuentra el Centro de Detención Preventiva “El Boquerón”. Interpeace implementó allí el proyecto “Formación técnica para jóvenes privados de libertad”, con el apoyo financiero de la ONG española Iniciativa Internacional Joven y del Ayuntamiento de Málaga, España.

Para Interpeace la implementación de programas de tratamiento en centros penitenciarios tiene el  fin de propiciar procesos de rehabilitación y apoyar a la Dirección General del Sistema Penitenciario Guatemalteco en esa tarea. Este apoyo se realiza proporcionando a los privados de libertad, capacitación social, educativa, cultural y productiva laboral.

Como parte de las acciones del proyecto se brindó capacitación técnica a jóvenes privados de libertad en materias como diseño gráfico, serigrafía y sublimación, programación, mantenimiento y limpieza de computadoras, y elaboración de manualidades. Además de los talleres propiamente técnicos, los jóvenes privados de libertad fueron asimismo capacitados en manejo y transformación de conflictos, formación de formadores, gestión sociocultural, psicología y motivación personal.

Adicionalmente en el marco del proyecto, se proporcionó a los jóvenes del Boquerón un “pulpo” serigráfico (un tipo de máquina para serigrafía) y varios equipos para sublimación (principalmente impresoras) .

Interpeace aplicó su enfoque “Track 6” también al proyecto del Boquerón. La naturaleza sistémica de la sociedad requiere intervenciones orientadas a generar sinergias y a favorecer la interacción entre los diversos tracks, es decir los diferentes sectores de la sociedad. En consecuencia, a lo largo del proyecto, Interpeace realizó acciones de nivel político (track 1) por medio de la relación con el viceministerio de Seguridad y con la dirección del Sistema Penitenciario realizó acciones de coordinación con otras entidades de la sociedad civil que trabajan en apoyo al sistema penitenciario (track 2)  e implementó actividades directamente con los jóvenes privados de libertad beneficiarios del proyecto (track 3).

Centro de Detención Preventiva el Boquerón, Santa Rosa, Guatemala. Créditos: Interpeace

El fin último del proyecto fue expandir la función social del sistema penitenciario y con ello lograr objetivos concretos tales como reducir el ocio carcelario, rehabilitar y reinsertar socialmente a los privados de libertad a partir del respeto a la dignidad humana, derechos humanos y a las leyes vigentes.

El proyecto “Iniciativas integrales de prevención de la violencia en El Salvador” llega a San Vicente, Zacatecoluca y Quezaltepeque

Está demostrado que la violencia y la criminalidad tienen una relación directa con las limitaciones producidas por la desigualdad socio-económica, la exclusión y la debilidad de las instituciones públicas. Cuando grandes grupos de la sociedad no encuentran las oportunidades productivas, laborales y educativas necesarias para garantizar el ingreso familiar necesario para la sobrevivencia, otras formas de generación de ingreso comienzan a cobrar fuerza. En ese sentido, la economía ilegal es el vínculo que explica la relación existente entre desigualdad y criminalidad. No todas las expresiones de la economía ilegal se nutren de acciones violentas, pero es una realidad que genera las condiciones necesarias para que la violencia tenga un rol regulador de la competencia entre grupos, en detrimento de las relaciones comunitarias pacíficas. La expansión de la economía ilegal está también relacionada con la ausencia de alternativas productivas. En sociedades en donde la economía se encuentra en crisis, la migración se convierte en otra estrategia social de búsqueda de recursos económicos. Según estimaciones del Banco Mundial, El Salvador recibe alrededor de 4 billones de dólares cada año en remesas, lo que representa el 17% de su PIB.

En El Salvador, la migración masiva y la expansión de la economía ilegal han sido los principales efectos de una situación económica que cada vez más reduce opciones productivas y laborales para los jóvenes más vulnerables social y económicamente.

Para Interpeace, la reducción de la violencia tiene que ver con superar los déficits estructurales que generan el contexto de la violencia y la criminalidad, es decir, generar oportunidades productivas para los jóvenes, de tal manera que puedan reducir el riesgo social que enfrentan a diario. El riesgo y la vulnerabilidad no son algo que exista en los jóvenes, sino en su entorno social y económico.

A través del proyecto "Iniciativas integrales de prevención de la violencia en El Salvador" se busca favorecer el emprendimiento local como la manera más eficaz para crear oportunidades para el desarrollo social y económico. Cuando estas oportunidades son incluyentes, entonces resultan ser la más poderosa forma de prevención de violencia. Este proyecto, financiado por la Unión Europea e implementado por Interpeace en diez municipios del país, involucra jóvenes en riesgo social entre los 18 y los 29 años y les provee de formación en métodos y herramientas para la transformación no-violenta de conflictos, ofrece capacitación productiva para el emprendimiento y favorece la creación de asociaciones productivas, a través de entrega de capital semilla.

Los primeros talleres se realizaron en los municipios de Nueva Concepción e Ilopango en julio. A partir de septiembre tres municipios se unieron: San Vicente, Zacatecoluca y Quezaltepeque. Los talleres que se llevaron a cabo fueron en los temas de trasformación de conflictos, prevención de violencia y cultura de paz. A final de los cursos se suministraron pruebas a los jóvenes participantes para evaluar el nivel de aprendizaje. Los jóvenes definieron también los emprendimientos que quieren poner en marcha en sus comunidades. En Ilopango y Nueva Concepción, se elaborará queso, en Zacatecoluca, se establecerán pequeñas granjas de pollo que juntas formarán un solo emprendimiento, en San Vicente, se trabajará en el procesamiento del camote (patata dulce) como materia prima para la elaboración de productos alimenticios y, en Quezaltepeque, se realizará el cultivo de chile, y posiblemente también su procesamiento.

Además, en Ciudad Delgado en septiembre se inició el proceso de identificación y selección del emprendimiento y en octubre, se inició el proceso de formación en transformación de conflictos, prevención de violencia y cultura de paz.

Al mismo tiempo, Interpeace trabaja con las instituciones políticas, locales y nacionales, y con el sector privado para promover la cultura de paz y acortar las distancias entre los diferentes sectores de la sociedad. Por ello, se capacitará a miembros de la Policía Nacional Civil (PNC) de El Salvador en los municipios donde se desarrolla el proyecto. La reunión con la Delegación de Soyapango-Ilopango de la PNC, llevada a cabo en septiembre, por ejemplo, se enmarca en esta sección del proyecto. Porque solo con estrategias incluyentes para todos los niveles de la sociedad salvadoreña se puede prevenir la violencia y favorecer el emprendimiento entre los jóvenes.

Nueva Concepción, El Salvador. Créditos: Interpeace

De Belfast a Bogotá: Monica McWilliams promueve el rol de las mujeres en la construcción de paz

En septiembre Monica McWilliams, Vicepresidenta del Consejo Directivo de Interpeace y experta de Resolución de Conflictos y Justicia Transicional, viajó a Colombia para apoyar mujeres y hombres que están involucrados en la construcción de paz en el país. Como líder de las negociaciones de paz en Irlanda del Norte, McWilliams se convirtió en un modelo a seguir para los constructores de paz en el mundo. Durante su visita, organizada por Interpeace Latinoamérica en asociación con Alianza para la Paz y la iniciativa Un Millón de Mujeres de Paz, participó en varios eventos y mesas de diálogo en apoyo al papel clave que las mujeres deben de desempeñar en los procesos de construcción de paz.

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Monica McWilliams en Bogotá, Colombia, con miembros de Interpeace Latinoamérica y Un Millón de Mujeres de Paz. Créditos: Arnoldo Gálvez.

Las mujeres eligen la paz en Colombia

Reconocida por su invaluable contribución al empoderamiento de las mujeres en los procesos de paz, Monica fue recibida por una de las más grandes iniciativas de paz en el país. «Un Millón de Mujeres para la Paz fue inspirada por la Coalición de Mujeres de Irlanda del Norte, fundada por Monica McWilliams. ¡Bienvenida a Colombia, Monica!» Con esas palabras, Gloria Flórez, Socióloga colombiana y miembro del movimiento expresó su gratitud y felicidad durante el evento “Las mujeres elegimos la paz”, en la Universidad de La Salle en Bogotá. La iniciativa Un Millón de Mujeres de Paz nació mientras se negociaba la paz en La Habana. Las mujeres colombianas de todo el país y de todas ideologías empezaron a movilizarse, motivadas y empujadas por la posibilidad de poner fin a cinco décadas de conflicto armado.

Monica McWilliams habló con 20 representantes del movimiento en un encuentro privado en la Fundación Friedrich Ebert en Colombia. Durante el encuentro compartió sus experiencias y lecciones aprendidas a lo largo de las negociaciones de paz en Irlanda del Norte y las motivó a exigir mayor participación femenina: «Busquen la diversidad y el involucramiento de todas las mujeres representantes de los distintos sectores y territorios … La fortaleza de Un Millón de Mujeres es la representación de las diferencias políticas».

Los miembros del movimiento también compartieron con Monica sus preocupaciones y aspiraciones para el futuro, afirmando que la guerra no solo cobró vidas humanas, también destruyó la confianza. Algunas horas más tarde, estas ideas se compartieron con más de 200 mujeres en la Universidad la Salle. Las comentaristas del evento “Las mujeres elegimos la paz” fueron diputadas, defensoras de derechos humanos, activistas y constructoras de paz. Cada una de ellas insistió en la necesidad de aprovechar de este momento histórico para terminar con la violencia y luchar para la igualdad y la paz. Claudia Mejia Duque, defensora de derechos humanos colombiana, afirmó: «Si Colombia logra colocar la igualdad con las mujeres en el centro de sus prioridades, podremos vivir en paz».

Dos días antes de que los Acuerdos de paz se firmaran, Un Millón de Mujeres de Paz organizó un concierto para celebrar el fin del conflicto armado. Miles de mujeres y hombres se reunieron en la Plaza de la Paz en Barranquilla en un evento histórico: “Las mujeres le cantan a la paz”. Monica McWilliams se unió a numerosos artistas, activistas e intérpretes en la celebración: «No podemos dejarnos esclavizar por la Historia, sino hacer que la Historia de Colombia comience hoy».

Monica McWilliams en el concierto “Las mujeres le cantan a la paz” en Barranquilla, Colombia. Créditos: Arnoldo Gálvez.

Antes del concierto Monica también participó en un conversatorio organizado por Un Millón de Mujeres de Paz. Fue acompañada por mujeres desde toda Colombia e invitó a luchar para la inclusión y que las mujeres fueran involucradas en todas las etapas del proceso.

Trabajar para construir una paz firme y duradera      

La Oficina Regional de Interpeace para América Latina y su organización socia Alianza Para la Paz han estado facilitando un diálogo participativo adentro del cuerpo de policía de Colombia en torno al papel que la policía debe de desempeñar en la construcción de paz. Como lo destacó Ana Glenda Tager, Directora de la Oficina Regional de Interpeace para América Latina: «El cese al fuego es importante, pero es solo el comienzo de la verdadera paz». Como parte de la visita a Colombia, Monica también participó en el evento “Género, policía y construcción de paz”, en la Escuela de Posgrado de Policía (ESPOL) en Bogotá. La policía es una de las instituciones clave en la construcción de paz, no solo por su tarea de proveer seguridad a los ciudadanos sino porque es la institución que puede contribuir a la transformación cultural necesaria para que prevalezca la resolución no violenta de conflictos.

Monica McWilliams en la Escuela de Posgrado de Policía (ESPOL) en Bogotá, Colombia. Créditos: Arnoldo Gálvez.

McWilliams destacó cómo la Policía ha sido un actor importante en el éxito de la resolución del conflicto en Irlanda del Norte. Se dirigió a cientos de mujeres oficiales de la policía colombiana y les recordó que la policía debe representar a toda la población no solo a ricos y poderosos sino a todos los hombres y mujeres en el campo y en la ciudad. Añadió también que para alcanzar este objetivo «La policía debe ser transparente, no tomar decisiones a escondidas, ni coludirse con políticos». En ese evento Monica fue acompañada por mujeres oficiales de policía de alto rango, activistas y políticas que hablaron sobre la importancia del rol de las mujeres en la construcción de paz. Irma Perilla, Directora de Pensamiento y Acción Social (PAS), declaró: «Las mujeres, por vocación, por naturaleza, somos constructoras de paz, llamamos al diálogo y a la convivencia».

Después de 52 años de conflicto armado, los colombianos y colombianas se enfrentan ahora a una serie de retos para transformar sus adversidades. La visita de Monica McWilliams en este momento histórico, no sólo animó a mujeres y hombres a permanecer fuertes y seguir adelante para construir la paz, sino también ayudó a reforzar el papel de las mujeres en el proceso de construcción de una paz duradera. Al final de la conferencia Monica McWilliams declaró: «La paz se construye lentamente, con paciencia y persistencia».

Monica McWilliams con los miembros de la Policía Nacional de Colombia. Créditos: Arnoldo Gálvez

“Hagamos que la Historia comience el 2 de octubre”: de la firma del acuerdo a la construcción de la paz en Colombia

Este lunes 26 de septiembre se ha firmado, en Cartagena, Colombia, el Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia -Ejército del Pueblo- (FARC-EP). La auténtica paz, sin embargo, implica mucho más que la firma de un acuerdo, este es solo un primer paso, imprescindible, que permitirá generar espacios para el encuentro, la convivencia y el restablecimiento de los lazos de confianza que la violencia rompió. Como explica la defensora de Derechos Humanos colombiana, Claudia Mejía Duque: “la guerra en Colombia no solo se cobró vidas, también destruyó la confianza entre nosotros y debemos trabajar en reconstruirla”.

Claudia Mejía Duque, defensora de Derechos Humanos colombiana, en evento: Las mujeres elegimos la paz, en Bogotá, Colombia. Crédito: Arnoldo Gálvez.

El conflicto armado en Colombia es uno de los más longevos del mundo. Según el informe del Centro Nacional de Memoria Histórica, entre 1958 y 2012, dejó al menos 220.000 personas asesinadas, 25.000 desaparecidas y 4.744.046 desplazadas. “En Colombia vivimos un verdadero éxodo”, explica Irma Perilla, directora de Pensamiento y Acción Social, PAS. “Ver la dimensión de lo que es el desplazamiento interno es lo que me movió a mí a trabajar por esta causa: la salida negociada del enfrentamiento armado interno”.

Tras el final de 52 años de conflicto armado, Colombia enfrenta nuevos desafíos y oportunidades

Con el objetivo de terminar el conflicto con las FARC-EP, el espíritu del acuerdo negociado en la Habana, entre 2014 y 2016, fue la búsqueda de garantías para que la violencia no volviera a ocurrir. Para lograrlo, era necesario que el acuerdo no se limitara al cese de hostilidades, sino que fuera una oportunidad para abordar problemas de carácter estructural que afectan a grandes grupos de la población, particularmente en el ámbito rural, que han incitado el surgimiento de distintos tipos de conflictos que van desde lo ideológico y político hasta el crimen organizado. El acuerdo está conformado por seis puntos, y el cumplimiento de cada uno de ellos constituye una condición necesaria para una paz duradera y sostenible: reforma rural integral, participación política, fin del conflicto, solución al problema de las drogas ilícitas, víctimas del conflicto armado e implementación, verificación y refrendación del acuerdo.

Una vez firmado el acuerdo, se abre ahora el principal desafío a la paz en Colombia: su implementación. “Estoy muy impresionada por las negociaciones de La Habana, el apoyo que tuvieron, el contenido, el hecho de que tuvieran una comisión de género. Son unos acuerdos integrales, completos”, afirma Monica McWilliams, vicepresidente del Consejo Directivo de Interpeace y signataria de los acuerdos de paz de su natal Irlanda del Norte. “La pregunta clave es si se destinarán debidamente recursos, compromiso y voluntad política suficientes para implementar estos acuerdos”. Los recursos y la voluntad política, serán los dos pilares sobre los cuales se sostendrá el largo proceso de la construcción de la paz en Colombia, el cual comenzará al día siguiente del plebiscito del 2 de octubre.

Monica McWilliams en el event organizado por Interpeace Latinoamérica, Alianza para la Paz y la Policía Nacional de Colombia, realizado en Bogotá. Crédito: Arnoldo Gálvez.

Una paz legítima no puede ser nunca una decisión tomada en el alto nivel político, sino una posibilidad sometida a los mecanismos democráticos de decisión. Lo que ha sido firmado entre el gobierno y las FARC-EP este lunes, deberá de ser refrendado por la ciudadanía colombiana el 2 de octubre, a través de un plebiscito en donde las y los colombianos responderán: "¿apoya usted el acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera?". La principal preocupación de quienes apoyan el proceso de paz, es que el desconocimiento del contenido de los acuerdos, décadas de desconfianza y el dolor de las víctimas, impidan que la respuesta de la mayoría sea afirmativa.

La paz no será perfecta, y si las y los colombianos deciden refrendar el acuerdo, el proceso para construirla será largo y complejo. Sin embargo, no puede haber solución posible sin terminar la confrontación armada. El cese al fuego mismo, que es apenas un primer atisbo de esperanza para Colombia, ha traído ya beneficios positivos. Lo asegura Irma Perilla: “Hoy, cuando aún no se ha ganado la refrendación, este proceso de paz ya ha dado resultados: no han caído más soldados, no han caído más guerrilleros, no ha caído más población civil en medio del conflicto armado”. Para Mónica McWilliams, que fundó la coalición de mujeres de Irlanda del Norte y fue testigo de las profundas transformaciones que la paz trajo consigo en su país: “la vida cotidiana de los colombianos cambiará dramáticamente una vez que se comiencen a implementar los acuerdos de paz. El mundo verá a Colombia bajo una luz diferente, turistas comenzarán a llegar al país, se incrementar las inversiones, porque los inversionistas buscan estabilidad. Pero lo más importante es la vida en las comunidades, la tranquilidad que llegará a las comunidades. El objetivo primordial de los acuerdos debe de ser la seguridad y tranquilidad de los colombianos”.

Reescribiendo la Historia colombiana

Uno de los aspectos más difíciles de sobrellevar y asimilar en un proceso de paz es la capacidad de las personas de dialogar con sus enemigos. Sin embargo, la reconciliación es otra condición imprescindible para interrumpir los ciclos de violencia. “Si en Chile y Argentina tuvimos que hablar de justicia transicional para pasar de dictaduras militares a democracia, en Colombia tenemos que pasar por lo mismo. Solo la verdad, la justicia y la reparación es lo que nos va a permitir que esto no vuelva a ocurrir. Y para quienes piensan que la paz traerá impunidad, yo estoy segura que los colombianos no vamos a permitir que delitos de lesa humanidad queden en la impunidad”. La congresista Ángela María Robledo, Co presidenta de la Comisión de Paz del Congreso de la República de Colombia, añade: “necesitamos empezar a tejer un relato común, asentado en la verdad y la memoria, para que, en medio de nuestra pluralidad, podamos convivir".

Congresista Ángela María Robledo, Co presidenta de la Comisión de Paz del Congreso de la República de Colombia. Crédito: Arnoldo Gálvez.

Si bien la firma de un acuerdo de paz es una decisión política, la paz no les pertenece exclusivamente a los políticos. “Este proceso es también de la sociedad civil”, afirma Irma Perilla, “como colombiana, tengo un derecho amparado por el artículo 22 de la Constitución Nacional: el derecho a la paz. Y ni las FARC ni el gobierno nos podían seguir arrebatando esa posibilidad. La llave de la paz, dijo el presidente Juan Manuel Santos cuando comenzaba a posicionar el proceso de paz, no está en el fondo del mar, la tengo en el bolsillo. Y nosotros salimos, mujeres, indígenas, campesinos, afrodescendientes, jóvenes, a decirle: señor presidente, la llave de la paz también es nuestra”.

“Mucha gente pensó que el fin del conflicto entre el gobierno colombiano y las FARC no era posible. Y ahora vemos que es posible”, dice Mónica McWilliams. “Colombia no puede permitirse perder esta oportunidad. No puede dejarse esclavizar por la Historia, sino hacer que la Historia comience el 2 de octubre”.

Las mujeres le cantan a la paz

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Conversatorio: Género, Policía y Construcción de Paz

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Conversatorio: Las mujeres elegimos la Paz

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Fortaleciendo la resiliencia para la paz – Reporte Anual 2015

En 2015, Interpeace trabajó en más de 22 países alrededor del mundo fortaleciendo las capacidades de las sociedades en favor de la paz. Desde reconstruir confianza y romper barreras a través de programas innovadores en Mali, hasta reducir la violencia focalizándose en sus causas estructurales en El Salvador, y promoviendo la paz y el diálogo entre las pandillas de jóvenes en Costa de Marfil, Interpece trabajó para identificar y reforzar las capacidades de las sociedades, adaptando sus principios institucionales a cada contexto especifico, para convertir adversidades en oportunidades para la paz.

Ciudad de Guatemala, Crédito: Interpeace

Ciudad de Guatemala. Crédito: Interpeace

El Reporte Anual 2015, “Fortaleciendo la resiliencia para la paz”, delinea los aspectos más destacados de cada programa y reflexiona sobre cómo adoptar un enfoque de resiliencia significaba un paso natural para una organización que fue fundada con la convicción de que la paz no se puede importar, sino debe construirse desde el interior de las sociedades. Como lo destacó el Director General de Interpeace, Scott M. Weber, “Resiliencia no significa la capacidad de ‘recuperarse’ de la tragedia, ya que esta noción es tan a menudo malinterpretada… ‘Resiliencia para la paz’, como hemos llegado a enmarcar el concepto, es más bien la capacidad de transformar las condiciones de los individuos con el fin de escribir un futuro distinto y más pacífico.”

El Reporte Anual incluye dos artículos de fondo sobre cómo Interpeace ha puesto en marcha el enfoque de resiliencia para la construcción de la paz a través del Programa Resiliencia y construcción de paz - Marcos de análisis para la resiliencia, que fue llevado a cabo con el apoyo de la Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo (ASDI) y fue implementado en tres diferentes contextos: Liberia, Guatemala y Timor Oriental. La metodología y el enfoque planteados por el Programa Resiliencia y construcción de paz contribuyen a que los esfuerzos en favor de la paz sean más efectivos y sostenibles, pues se basan en las capacidades de las mismas sociedades y comunidades afectadas por los conflictos y la violencia.

Más información acerca de Interpeace y de nuestros esfuerzos en 2015 aquí: Fortaleciendo la resiliencia para la paz.

Guatemala. Crédito: Ryan Anson

Guatemala. Crédito: Ryan Anson

Empoderando a la juventud para transformar conflictos y contribuir a la paz

Los jóvenes son una de las principales víctimas de exclusión alrededor del mundo, tanto en contextos frágiles como en naciones desarrolladas. La diversidad étnica, así como las diferencias religiosas, económicas, sociales y políticas, crean múltiples barreras en el interior de sociedades que, con frecuencia, fallan en responder a las necesidades de la juventud. Ante la ausencia de oportunidades y espacios de participación, los jóvenes se vuelven vulnerables, atrapados en ciclos de violencia y estigmatización. Pero como ha insistido el Secretario General de las Naciones Unidas Ban Ki-moon, “Los jóvenes son más que víctimas, también pueden ser agentes de cambio”.

Rako, Puntland. Crédito: PDRC

Interpeace reconoce que la marginalización y exclusión provocan efectos devastadores en la vida de los jóvenes. Pero si se le da una oportunidad, la juventud puede jugar un papel invaluable en la construcción de sociedades más incluyentes y pacíficas. Por esta razón, en los últimos 22 años, Interpeace ha trabajado con jóvenes en diversas iniciativas de construcción de paz, a partir de las cuales han liderado importantes esfuerzos en favor de la transformación pacífica de sus comunidades.

En Latinoamérica, Interpeace ha trabajado con jóvenes desde 2007, liderando procesos participativos para el desarrollo de propuestas integrales de políticas públicas, para el abordaje de las causas de la violencia relacionada con la juventud en siete países en Centroamérica. Al mismo tiempo, apoyó la creación de redes de jóvenes y les proveyó de capacitaciones para fortalecer sus capacidades de auditoria social. Más recientemente, en Honduras y El Salvador, dos de los países con las tazas de homicidios más altas del mundo, Interpeace ha trabajado con las barras deportivas en Tegucigalpa para construir confianza y encontrar objetivos comunes entre grupos rivales, así como promover, en El Salvador, capacidades de emprendimiento con grupos de jóvenes en riesgo, en ambos casos con el objetivo de prevenir y reducir la violencia por medio de la participación e inclusión de la juventud.

Honduras. Crédito: OsArGarMor

El trabajo con jóvenes también ha estado en el centro de los programas implementados en África Occidental. En Abidjan, Interpeace y su organización socia Indigo Côte d’Ivoire, trabajan específicamente con la juventud vinculada con el crimen organizado. A través de un proceso de diálogo interactivo, el proyecto busca reconstruir las relaciones de los jóvenes en riesgo con sus respectivas comunidades. En Mali, en asocio con el Malian Institute of Action Research for Peace (IMRAP), el programa se ha enfocado en crear espacios de diálogo para promover la confianza y la cohesión social mediante el intercambio cultural entre jóvenes.

En el extremo opuesto del continente africano, Interpeace ha trabajado con múltiples organizaciones locales para promover a los jóvenes como constructores de la paz. Apoyados por su organización socia en Puntland, el Puntland Development Research Center (PDRC), la juventud ha logrado liderar la transformación pacífica de un conflicto entre clanes en el distrito de Rako. Mediante el apoyo de la Unidad Móvil Audio-Visual (MAVU), los jóvenes activistas lograron coordinarse y trabajar juntos. Estas acciones condujeron a la firma de un acuerdo de paz que puso fin a un conflicto de cinco años. Además, en coordinación con La Comunidad Económica de los Grandes Lagos de África, que reúne personas de Burundi, la República Democrática del Congo y Ruanda, Interpeace ha trabajado en diversas actividades de construcción de paz diseñadas para fomentar el pensamiento crítico, desmontar estereotipos y fortalecer las relaciones entre jóvenes de diferentes orígenes.

Distrito de Rako, Puntland. Crédito: PDRC

En países desarrollados como Suecia, la exclusión en barrios de población migrante también es un serio problema social que afecta a la juventud. En el 2014, Interpeace implementó una investigación participativa que analizó los conflictos que afectan a la comunidad de Tensta, área donde habita una gran población inmigrante. Dos factores señalados por las personas entrevistadas fueron la exclusión y marginalización de la cual son víctimas jóvenes, afectados por la ausencia de espacios de participación en el desarrollo de su comunidad y la falta de oportunidades laborales. La investigación también reveló que los jóvenes de Tensta pueden jugar un papel positivo en el cambio de su comunidad. Como resultado de ello, Interpeace está trabajando con la juventud en Tensta, para el desarrollo de soluciones que permitan construir una sociedad más incluyente.

Tensta, Suecia. Crédito: Interpeace

Romper barreras, restituir los lazos de confianza y comprender las dinámicas de la juventud alrededor del mundo son acciones imprescindibles para la construcción de la paz. Proveer oportunidades y espacios de participación permitirá que los jóvenes se reconozcan como agentes de cambio positivo. Es por esta razón, que Interpeace celebra el Día Internacional de la Juventud, ya que los jóvenes son clave en la construcción de sociedades más incluyentes y pacíficas.

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Juventud y emprendimiento para la reducción de la violencia en El Salvador

En El Salvador, el municipio de Nueva Concepción comparte dos características con el de Ilopango. Ambos han construido su identidad en torno a hermosos escenarios acuáticos: el río Lempa y el lago de Ilopango. Sin embargo, la paz infundida por estos paisajes no debe hacer olvidar la segunda característica que Nueva Concepción e Ilopango comparten. Ambos se encuentran en uno de los países con la tasa de violencia más alta del mundo.

En 2015, en El Salvador, la tasa de homicidios fue de 116 por cada 100 mil habitantes, el porcentaje más alto que se haya registrado afuera de zonas de guerra abierta. En este contexto, el trabajo de Interpeace busca fortalecer las capacidades de las personas involucradas y afectadas por el conflicto para apropiarse de procesos de cambio social que generen soluciones pacíficas en su entorno. Para Interpeace, esto se logra a través del involucramiento de todos los grupos sociales: no solo gobierno y élites políticas, sino también sociedad civil organizada y población.

El proyecto “Iniciativas integrales de prevención de la violencia en El Salvador” está financiado por la Unión Europea e implementado por Interpeace en diez municipios del país. Involucra jóvenes en riesgo social entre los 18 y los 29 años a través de 3 componentes. El primero provee de formación a los jóvenes en métodos y herramientas para la transformación no-violenta de conflictos, el segundo ofrece capacitación productiva para el emprendimiento y la tercera favorece la creación de asociaciones productivas. Además, en esta última etapa, se entrega capital semilla, es decir, materiales y equipos necesarios a la efectiva implementación de los emprendimientos.

Los talleres de julio de 2016 hicieron hincapié en la segunda de estas etapas. El 14 de julio se desarrolló un taller con 19 jóvenes seleccionados por la municipalidad de Ilopango para hacer un diagnóstico participativo sobre los emprendimientos que ellos desean impulsar en el municipio. Sucesivamente, el 15 de julio, con la participación de 11 jóvenes se desarrolló el mismo taller en el municipio de Nueva Concepción. En ambas localidades, se definieron y analizaron riesgos y oportunidades de estos emprendimientos y los participantes se comprometieron a recolectar más información para definir su implementación. Es importante destacar que la elección de los emprendimientos pertenece solo y exclusivamente a los participantes, con el afán de permitir la apropiación local del proceso. Estos talleres se realizarán también en los restantes 8 municipios durante el mes de agosto de 2016. Al final de esta fase, se contará con un conjunto de emprendimientos que darán lugar a las capacitaciones productivas para que los jóvenes puedan posteriormente iniciar la actividad productiva que eligieron de manera colectiva.

En conclusión, se propone brindar oportunidades productivas para la juventud, como factor determinante para prevenir la violencia. Empoderar los jóvenes a través de este proceso significa alejarlos del riesgo social con el que se enfrentan y se conviertan en agentes de cambio positivo en su sociedad.

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Ilopango; Credit: Interpeace

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