Honduras: Las formas de la esperanza

La cifra de 20 homicidios diarios no ha conseguido frenar los anhelos de paz de la juventud hondureña

Desde junio, organizaciones de jóvenes, convocadas por Ciprodeh en el marco de las acciones que realiza el Programa Juventud de Interpeace, venían participando en el proceso de consolidación de la Política Pública de Prevención de Violencia hacia la Niñez y la Juventud. Sin embargo, algo hacía falta: eran demasiado perceptibles las ausencias. Los propios representantes de los diferentes sectores de jóvenes asistentes plantearon la necesidad de ser aún más incluyentes y sumar al esfuerzo a jóvenes que representaran a la diversidad sexual, a las iglesias, a los campesinos. Y, necesariamente, también a las barras deportivas.

Históricamente, las barras Ultrafiel y los Revolucionarios, ambas de Tegucigalpa, han sido antagónicas  por su seguimiento a equipos deportivos de distinto color: el Olimpia y el Motagua. El antagonismo entre ambas ha devenido en violentos enfrentamientos armados e, incluso, en muertes. Sin embargo, ante la percepción que sobre ellos tiene la sociedad hondureña, los propios miembros de las barras han insistido en que, al mismo tiempo y más allá de los episodios violentos en que se han visto envueltos, son actores importantes en sus comunidades y cumplen una función social. Quizá por ello aceptaron la invitación de Ciprodeh a participar en el proceso de consolidación de la política pública.

A la reunión, poco después de que surgiera la necesidad de incluirlos, asistieron líderes de ambas barras. Eran evidentes la tensión y los altos niveles de mutua desconfianza. Quizá entonces los demás participantes no imaginaron que, conforme avanzara el proceso, ese muro de desconfianza se iría poco a poco derrumbando. El tiempo, la convivencia y el diálogo les irían demostrando, y no solo a ellos sino a todos los sectores representados, que sus diferencias eran pocas en comparación con sus coincidencias: son jóvenes y los jóvenes son las principales víctimas de la violencia, son jóvenes, como ellos, los que están muriendo. En el caso de los miembros de las barras, más allá de los colores de los equipos que apoyan, comparten los problemas derivados de provenir de los más bajos estratos de la sociedad. Reconocieron que, cuando los partidos de futbol terminan, sus miembros deben volver a un mundo en donde la falta de oportunidades, el peso de la desigualdad y la violencia cotidiana, son la regla.

21 de septiembre: un foro, una potra, un concierto

En el marco de la celebración del día internacional de la paz, se convocó a un Foro por la Paz en donde compartieron mesa los líderes de las barras con representantes de diversos sectores de la juventud. Hablaron sobre sus vidas, sobre la realidad, sobre lo que significa la violencia y, al mismo tiempo, ofrecieron propuestas para prevenirla. Ambas barras llevaban propuestas distintas y, conforme avanzaban las presentaciones, se hizo cada vez más evidente que la distancia que los separaba no era insalvable y que eran muchos, y medulares, sus puntos de coincidencia.

Poco después se organizó una potra. Un torneo de fútbol callejero, con la plaza central como cancha. La tradición de las potras, esos intensos encuentros futbolísticos callejeros e informales, se ha ido perdiendo en Honduras como se han ido perdiendo, también, los espacios públicos de encuentro: es esta apenas una de las muchas consecuencias de la inseguridad. Para revertir esa realidad, aunque fuera durante el tiempo que duró el torneo, las organizaciones de jóvenes, incluidas las barras, compitieron, hicieron goles, rieron y gritaron.

La jornada culminó hacia el final de la tarde, con un concierto de voces por la paz, en donde artistas nacionales que se habían sumado al Día Internacional de la Paz, compartieron con las personas que transitan por el parque central, que se fueron aglomerando alrededor del encuentro, la convivencia y la celebración de la paz.

Las formas de la esperanza: de la propuesta a la acción

Los jóvenes de una de las barras deportivas (la Ultra Fiel) solicitaron un espacio al Presidente de la República, Sr. Porfirio Lobo, para comentarle sobre los esfuerzos que se han venido desarrollando. En respuesta, el Presidente invitó a los jóvenes del espacio de consolidación de la política pública a presentar sus propuestas ante el Consejo de Ministros. Allí se presentó la iniciativa de Política Pública de Prevención de Violencia hacia la Niñez y la Juventud y tanto el Presidente, como su gabinete, mostraron su compromiso para que dicha política sea aprobada antes de finalizar el presente año. La presentación oficial del documento final de la política tendrá lugar el próximo 18 de diciembre.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

es_ESSpanish